Monday, April 13, 2020

Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) - descubren un ecosistema único en el fin del mundo

Fuente: Futuro 360 - 10 

Denominado como un verdadero “bosque fantasma” y ubicado en medio del Estrecho de Magallanes, La Selva de macroalgas en la patagonia es lo que estudia un grupo de científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL). 

Se trata de enjambres de huiros que se extienden por más de 40 hectáreas y que solo se pueden observar cuando hay marea baja.




El sector de Buque Quemado se ubica en la comuna de San Gregorio a 200 kilómetros al norte de Punta Arenas, Región de Magallanes y Antártica Chilena. A pesar de que dentro de la comunidad científica es un sector conocido por su extensa pampa y humedal, la biodiversidad de su ecosistema marino ha sido poco estudiada.
Allí, en pleno Estrecho de Magallanes, un equipo de científicos del Centro IDEAL, investiga los llamados “bosques fantasmas” de Macrocystis pyrifera: verdaderos enjambres de huiros, que son indetectables para los sistemas satelitales y solo es posible verlos cuando hay marea baja. Su extensión alcanza más de 40 hectáreas.
El investigador del Centro IDEAL y co-autor del estudio, Mauricio Palacios explica para Futuro 360:
“En particular en la boca oriental del Estrecho de Magallanes encontramos este tipo de comunidades, que nosotros las denominamos bosques fantasmas”. Asegura que la importancia de este tipo de ecosistemas, es que “particularmente otorgan refugio, alimentación y son zonas de reproducción para muchos organismos marinos. Y en particular, desde el punto de vista del cambio climático son secuestradores de carbono atmosférico”.
En el marco de su tesis doctoral sobre caracterización fisiológica del huiro, Palacios comenzó a estudiar el sector Buque Quemado desde hace cuatro años. Este se caracteriza por tener plantas pequeñas en comparación a la media (miden entre 4 y 5 metros), las que crecen en una superficie irregular, de fango y canto rodado, muy diferente a los bosques de huiro que suelen encontrarse en el resto de la región de Magallanes.
“Son importantes desde el punto de vista que nos proporcionan una serie de servicios ecosistémicos. Tanto desde el punto de vista del ambiente marino; desde la ecología, como desde el punto de vista del interés o el bienestar humano”, expresa Palacios.

El Núcleo Milenio Centro de Conservación Marina de la Pontificia Universidad Católica de Chile explica en su sitio web: “Estos bosques son el hogar de gran cantidad de seres vivos, desde otras especies de algas hasta grandes depredadores como las estrellas de mar o la vieja. Muchas de estas especies tienen interés comercial. Estas algas son también fuente de alimento para muchos animales, desde pequeños anfípodos hasta peces como la jerguilla o, incluso, el hombre. También son usados como zona de crianza o de caza por muchos animales”.
 Además, se informa que “en Chile tenemos cinco especies de huiro: tres que habitan en la orilla (intermareales), que son dos especies de huiro negro (Lessonia spicata y L. berteroana), y el chochayuyo (Duvillea antárctiva), y dos que viven bajo el mar (submareales), que son el huiro palo (L. traberculata) y el huiro canutillo o flotador (Macrocystis pyrifera)”. Este último, sería el que están estudiando los investigadores en el Estrecho de Magallanes.

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